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Curso 2016/17

viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Cómo funciona un Taller de Escritura? En este caso el nuestro.


El que sabe el qué, encontrará el cómo.
(Friedrich Nietzsche)

Este texto pretende contarle al lector cómo se articula un curso de Escritura Creativa del que resulta una publicación con los mejores textos de los alumnos y por qué esos textos son los mejores.
Reunir a más de 90 autores en un solo libro, en el que nos sirve de ejemplo, Incorregibles,en este caso, ya es de por sí un hecho excepcional. La manera en que este numerosísimo grupo se convierte en un solo sintagma lo desvela lo que tienen en común: la pasión por la escritura.

Este libro es la quinta publicación de la serie que comenzó con Los Excelentes, título al que siguieron Los Relatores, Les Llengües vespertines y Los Intachables. Estos volúmenes muestran los resultados del curso de materia literaria que con el nombre «Escribir lo que imagino» se imparte en la Universitat Jaume I desde 2005. Se suma además a nuestros materiales el Manual d'escriptura creativa publicado por Pasqual Mas en la editorial Germania. En él se detalla el andamiaje ténico que subyace a cualquier texto que se pretenda efectivo.
Incorregibles, escrito en nuestras dos lenguas, se erige inevitablemente en acta de la insoslayable realidad que por sus páginas transita. Algunos de los temas tratados, por su apariencia fantástica, es necesario no obstante convertirlos primero en verosímiles mediante el recurso a la literatura para que no se queden solo en verdad. Componer una literateca de estas características es también una forma de luchar contra el olvido.
Ocho años después de que se creara este taller, muchos de sus participantes ya han lanzado al vuelo sus propios libros: Libro de Oraciones de Verónica Segoviano, Estaciones y Estancias de Enric Serra i Prades, Espejo de Azules de Elena Torrejoncillo, Procesionaria de Juan Carlos Núñez Mateo, Un mar de relatos de Mar Olmedo, De mi puño y tecla de Gemma Teodoro, son una buena muestra a los que se añadirán en breve casi una decena que en este momento se hallan en proceso de corte y confección.
Nos encontramos en nuestra página web Pliegos volantes, pero también indistintamente en un aula de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, en la Llotja del Cànem de la calle Caballeros de Castellón y con cualquier coartada literaria: presentaciones de libros, recitales, ferias, iniciativas que responden a llamadas sociales después convertidas también libros como Primavera de Microrrelatos Indignados y El camino del corazón solidario. Y en último extremo cuando alguien de nosotros obtiene un premio sentimos que lo ganamos todos.
Con todos estos mimbres comenzamos a tejer o a tramar el ejemplar de cada año. El centenar de textos, Incorregibles en este caso, se selecciona entre aproximadamente un millar. Es decir, tan solo se publica un diez por ciento de toda la producción. Una vez consensuada y tomada esta primera decisión comienza la labor más enjundiosa, la revisión y en algunos casos incluso la reescritura hasta que se consigue que todas las piezas ajusten o al menos no chirríen. Durante el tiempo que dura este proceso la comunicación con los autores es continua. La pantalla del ordenador se divide entre el documento que contiene el libro y la bandeja de entrada del correo electrónico, medio a través del que se consulta con cada escritor desde la adecuación del título, la forma en que prefiere que se escriba su nombre, así como otras discusiones más técnicas a propósito de cuestiones de forma y contenido de sus relatos y poemas que dan lugar en ocasiones a más versiones que dedos teclean a ambos lados de la página de cristal líquido. A partir de ese momento comienza el largo proceso de edición ¾que no publicación¾ propiamente.
Resulta emocionante leer historias recién transcritas, observar que aunque palpiten no se sabe si sobrevivirán hasta que pasan muchas pruebas. En algunos casos de alumbramiento la criatura sale adelante con el aliento de todos. Después de tanto tiempo se han formado verdaderos especialistas que desde la grada valoran el texto desde múltiples perspectivas: unos se centran en sus signos de puntuación, otros en la vertiente parapsicológica, algunos lo contrastan con los de otros autores. Por eso, decir que Incorregibles es una publicación colectiva va más allá del hecho de que se trata de una antología que acoge obras de muchos escritores. Esa característica del libro se da en una escala menor en muchos de sus textos que comparten autoría, asistencia o en todo caso incluyen, en un acto de flagrante humildad, las opiniones y apreciaciones de quienes fueron sus primeros lectores.
Unas cincuenta horas después repartidas a lo largo de todo un mes de comenzar el proceso de edición, se encarga de vestir los textos desnudos Paula Catão, quien año tras año, desde el oeste de nuestra península le arranca una página a su artístico Caderno das Estrelas para arroparnos. Sobre esta imagen, Salvador Soriano, de Ascendente Gráfico aporta la armonía tipográfica y de diseño.
Es cierto que también ayuda a culminar todo el trabajo que las editoriales nos mimen, tal vez porque somos muchos y valientes, les presentamos nuestro mal llamado manuscrito como obra consumada e irrevocable, de esta forma su sello sobre la cubierta se convierte en un marchamo a la manera del antiguo Nihil obstat pero por suerte, sin ninguna valoración moral.
El protagonista de la novela de John Irving A widow for one year dibuja con tinta de calamar ilustraciones de libros infantiles. Sus viajes en bicicleta para comprarla en el mercado recuerdan bastante a los de Ray Bradbury mientras escribía junto a John Huston el guión de Moby Dick entre la niebla de la costa oeste de Irlanda. Tal vez escribir, imprimir carácteres, estampar trazos consista en pretender atrapar una ballena, una vez atisbado su lomo sin perder durante la captura ninguna extremidad. Incorregibles flota en ese mismo sentido sobre el mar. De sus relatos sobresalen seres marinos trazados con rasgos muy humanos.
Aunque esta introducción sí lo haga, no terminamos aquí, es imposible deternernos, porque siempre hay algo que capta nuestra atención: se acaba de producir un hallazgo singular ¾en oposición a plural¾, el de Ricardo III, de su cadáver exactamente, en un aparcamiento de Leicester, rodeado por un reino de caballos de vapor, él que tanto suspiró por un solo equino.
Ayer, sin ir más lejos, llegó a Alcaine, un municipio de Teruel, desde Aquitania, el dominio de la reina Leonor, un globo con un mensaje nupcial sobre una tarjeta plastificada escrito por la pareja contrayente, Cédric y Rachida. Recorrió 600 kilómetros, salvó incluso Los Pirineos propulsado tal vez por el combustible de la noticia que divulgaba. Llegó a las manos de un cazador que inmediatamente, en un perfecto francés, porque vivió en el país vecino muchos años, les contestó de una forma muy habitual aquí: invitándoles a visitarlos.
Por tanto, llegados a este punto, es difícil no preguntarse cómo consigue alguien no escribir, cómo se refrena, en qué convierte sus reflexiones. Porque ante estos temas y muchos otros que nos circundan, irremediablemente todos tenemos algo que decir.
Esta enumeración tampoco concluye porque las historias asombrosas son connaturales a nuestra condición. Hay relatos Incorregibles en este libro que como la alta repostería se acompañan de sherry, jerez, manzanilla, amontillado y otros licores a elección de sus autores. Con ellos y junto a ellos brindamos por la capacidad de distancia, análisis e incluso ironía que la escritura nos regala. Con este sabor en la boca dejo momentáneamente de escribir para que no suceda como en aquella novela de Macedonio Fernández donde la práctica de la paradoja le llevó a anteponer a sus veinte capítulos, cincuenta y siete prólogos.
Gracias por la proximidad a estas letras.
Córdoba, año trece.
(De "Sobre la dificultad de no escribir". Rosario Raro)
http://rosarioraro.net/
pliegosvolantes@gmail.com


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