EJERCICIO NÚMERO 15. Escribir un relato a partir de la frase que aparece como cita en negrita justificada a la derecha.

EL SEXO DE LOS COCODRILOS

“El factor que decide el sexo de un cocodrilo es la temperatura

a la que se incuba el huevo que lo contiene”.

Otra vez el zumbido del despertador. Mayim se dió la vuelta y estiró el brazo para coger el termómetro de la mesita. Perezosamente se destapó y echó los pies al suelo. La helada superficie le provocó un escalofrío y una punzada en el cerebro, no podía permitirse el enfriarse. El pi-pi del termómetro le advirtió que tenía que ver si ese sería el día. Abrió el cajón, sacó una libreta y anotó en el gráfico la cifra que marcaba la pantalla digital.

- Cielo, es el momento –dijo Mayim girándose hacia el bulto que dormía a su lado y frotándole cariñosamente el hombro-.

- Ayer me acosté a las cuatro preparando la exposición de esta tarde –protestó una voz somnolienta-.

- Me ha subido la temperatura un grado, estoy ovulando y el flujo tiene la textura perfecta. Además si queremos que sea niña tiene que ser hoy, mañana será tarde.

La mujer volvió a meterse debajo de las sábanas y se acurrucó mimosa sobre el cuerpo del hombre que yacía a su lado. Éste, finalmente, se dio la vuelta hacia ella y comenzó a desvestirla.

Dos horas más tarde la cama estaba habitada únicamente por una mujer tumbada con las piernas apoyadas en el cabecero. Con una mano asía el móvil y la otra, la tenía sobre la frente. Sin despegar la mano de su cabeza marcó un número en el teléfono y se puso el aparato en la oreja.

- Hola, ¿cómo va?... No sé, tal vez esto no sea tan buena idea, parece que solamente me interese a mí... No, te aseguro que no son imaginaciones mías, hoy ni siquiera quería intentarlo. Me ha dicho que se había acostado tarde y estaba cansado.... Yo, soy yo la que lo está haciendo todo. Dejé de fumar. No tomo una sola gota de alcohol, la semana pasada fue nuestro segundo aniversario de boda y, ¡Dios mío!, brindé con agua. Me tomo 400 gramos de ácido fólico al día y ya me he descontado de tantas revisiones médicas y pruebas que me he hecho.... Ya no estoy segura de nada, quizás,... no sé, no sé.

Giró la cabeza al lado contrario y una solitaria lágrima rodó por su mejilla.

Dori Valero

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