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Curso 2016/17

viernes, 7 de diciembre de 2007

Mistery Men (la película)


http://www.shaftagents.com/mysterymen.png
A propósito del taller...

La primera barrera que debe saltar cualquier escritor novel es soportar una opinión sobre lo que escribe. Una vez superado esto, todo debe ir cuesta abajo. Cuesta abajo de fácil, no de jodido. Me refiero a que, olvidando una improbable jubilación tras publicar esa obra maestra de la intriga histórica que debería ser “El tatuaje de San Pedro”, ser escritor sin éxito no será tan estresante. Viene a ser como salir del armario. Y así como cualquier osito que se precie no se viste de loca en las fiestas de su pueblo sino en algún pub mega-guay donde le entiendan, un escritor novel lo hará mejor en un taller de literatura que pasándoselo a su colega el que estudia humanidades o a ese tipo con barba tan interesante que se sienta siempre en la esquina de la barra a leer todo lo que caiga en sus manos. Creo que esa es una de las funciones del taller.

Otra función es la meramente gimnástica. Son unas horas a la semana que estás pensando en el tema. Si te hace saltar algún resorte que te ayude a escribir, bienvenido sea. A mí, por ejemplo, me ha parecido muy divertido lo de los microrrelatos.

Otra es servir de ensayo para un hipotético informe de lectura de nuestros textos. Así, evitaremos el pesado trance de asesinar a ese lector que cobra 2€/100hojas y que ha descrito nuestra novela como “vulgar” y “con falta de carisma”.

Otra es servir para comprender que no todo el mundo tiene los mismos gustos. Yo, aunque no os lo creáis, conozco a uno al que le gusta ver el ciclismo por la tele.

También sirve para conocer a gente.

Pero principalmente un taller es un lugar donde se trabaja y se comparte. Se trata, más o menos, de aprender a partir del contacto. De mejorar a partir del contraste. De opinar y también de respetar.

De, sobre todo, exponerse. Y aquí se han expuesto algunos. El primer valiente fue Juan Carlos, después unos cuantos. Desde aquí mis aplausos.

De decir en voz alta que eres maricón. Quería decir escritor.

Porque, descartada la quinta edición de “La hipermetropía de Michelangelo”, uno puede optar por la vía fácil: el onanismo flagelatorio. Se le puede echar la culpa al resto del mundo, que no nos entiende tan bien como nuestros papás, que sí que nos aplauden cuando recitamos en Nochebuena. Así, podemos decidir ser el mejor escritor de nuestro grupo de amigotes, algo así como el Borges de la República Independiente de Nuestra Puta Casa. Es la opción de la mariquita reprimida, que tampoco está mal.

Después, de reprimida puede pasar a resentida y empezar a quejarse de lo mal que escribe el chuleta de Ray Loriga (esto lo he llegado a decir yo), que además el suertudo tiene una novia de aúpa. Del que, encajado en su sofá y birra en mano, dice que Ronaldinho es un paquete. Del que tiene alma de crítico resentido, no de autor.

Es la opción del marica cabronazo, ese marica que señala al otro para gritar que “ese de ahí sí que es maricón”. Quería decir mal escritor. Su “El furúnculo de Nostradamus”, esa sí que es una lectura atrapante.

Los superhéroes de Mistery Men tienen poderes inútiles como Shoveller, un experto manejador de pala, Blue Raja, mortífero lanzador de tenedores o The Spleen, cuyas flatulencias son devastadoras. Otros tienen poderes espectaculares como Mr. Furious, indestructible cuando invoca su “furia”, pero es tan calmado que nunca se ha visto en una situación que lo merezca. Sin duda el ejemplo que más viene a cuento es mi favorito: Invisible Boy, que tiene el don de la invisibilidad pero sólo puede emplearlo cuando nadie le mira.

Hay veces que preferimos crear un mundo a medida, donde somos los reyes, que aceptar el que tenemos, donde sólo somos uno más de tantos. Donde no somos superhéroes.

Solipsismo: forma radical de subjetivismo según la cual solo existe el propio yo.

Sí, es esa sensación que tenemos todos de ser especial, de que nuestra voz en off es la verdadera voz del mundo. Ya veis, no sois vosotros solos, hasta le han puesto un nombre y todo. Siento pisar el charco. Esto viene a cuento porque, hoy en día, pensar que somos unos genios incomprendidos está bastante trasnochado.

Es como echarle siempre la culpa al árbitro.

Si hubiese nacido ahora, Van Gogh tendría su blog y su programa en la Mtv.

Por suerte o por desgracia, desde que Malcom McLaren (nada que ver con el coche de Alonso) diseñó los Sex Pistols, el mercado lo chupa todo (nada que ver con el calvo de Telecinco). No hay periferia, todo es marketinizable. Lo underground es lo más de moda. Así, la actitud de l’enfant terrible ya no nos sirve de excusa, eso queda para ilusos u horteras. En todo caso es una postura como cualquier otra, pero sólo es creíble en unos pocos y en base a sus cicatrices. O en base a los días seguidos de fiesta que han salido :-)

Lamentablemente, al resto solo nos queda ser honestos. Y currar.

Ala, buen fin de semana. Yo voy a seguir escribiendo ese futuro best-seller, gordo y en tapa dura, que será “El Enigma Torrebruno”.

Nota: La autoridad para escribir este post me la pasó mi primo el Jonatan, que tiene un Astra tuneado y se come las pastillas de tres en tres.


Oscar.

6 comentarios:

Taller de Literatura dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Taller de Literatura dijo...

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Rosario.

Rosario Raro dijo...

1. Es decir, nosotros no somos nuesro texto. Si se comenta algún aspecto no demasiadologrado no se está hablando de nuestra personalidad, brazo, comportamiento... Aunque "vulgar" y "falta de carisma" son adejtivos demasiado aplicables a lo humano.
Críticos con ojeriza.

(De ojo).

1. f. Enojo y mala voluntad contra alguien.


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2. Se debe respetar a los strippers emocionales, mucho más osados los metafísicos que los puramente físicos.

3. Sobre taxonomía gayer vid. Antes de que anochezca. (Before night falls. (Julian Schnabel. 2000. Conversación en la playa entre Reinaldo Arenas Bardem y Pepe Malas Andrea Di Stefano.

4.Torrebruno-Peter Pan-Joselito.
Tigres y leones.

Rosario Raro dijo...

El primer comentario que aparece como "removido" lo corté para corregirlo de una escritura demasiado apresurada. Es el que aparece como número tres.
Propongo vender lotería -mucha- para pagar a un notario que levante acta de quién sale más noches seguidas de fiesta.

Rosario.

Anónimo dijo...

jajajaja, qué bueno

un aplauso óscar

p.d.: pero el colectivo de onanistas flagelatorios no te vamos a perdonar ese comentario :D

fdo: pablo

Rosario Raro dijo...

No era mi intención ofender a la minoria onanista flagelatoria ni a cualquier otro colectivo con intenciones tan insanas :-p

Me refería a que la literatura provoca un pudor que no lo hacen otras actividades o artes. Nadie oculta que hace cine, fotografia o boxeo. Pero no pasa lo mismo con las letras. Cuesta mucho más. Yo mismo me reconozco aún en la fase "reprimida".

Oscar