ANHELO

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Como las norias extraen el agua del pozo, ella va sacando lo mejor de mí. Algo profundo ha transformado mi antigua personalidad hasta dejarla francamente irreconocible. Así lo perciben mis allegados. El suelo también ha cambiado su textura, ahora es como una lona tensa sobre la que yo me impulso elevándome en cada paso. La deseaba desde hacía tantos años..., que ahora que es mía me siento encumbrado.

Mis amigotes echan de menos las tardes en las que mojaba sus hombros sin dejar de hablar de ella, idealizar el futuro, añadir elogios a los ya verbalizados el día anterior y urdir tretas para conseguirla. Me llegué a convertir en una persona pusilánime; pensaba que estaba siendo tan difícil conseguir aquel sueño, que desesperaba día a día hasta rozar la exasperación. Hasta que la conseguí.

Ya casi no salgo de ella. Ahora la lleno de flores, la colmo de objetos y perfumes para reforzar su perfección. Anhelo la llegada del fin de semana para pasar las horas recreándome en su regazo.

Desde el día de la entrega de llaves, me siento pletórico, me imagino que esta sensación no durará mucho, pero cada vez que abro con ellas su puerta de entrada, me parece que me está aguardando como una esposa recién casada, que me acoge y colma mis sueños. Es la casa de mis sueños. Costó tanto convencer al antiguo dueño para que me la vendiera...

Mª Ángeles Novales