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Curso 2016/17

domingo, 28 de noviembre de 2010

Fallo del concurso de microrrelato de ciencia ficción, literatura fantástica y terror ARGOT-FANTASTI'CS

A la izquierda, Javier Pauner y Pedro Paradís a la derecha.

Ganador Javier Pauner: http://pauner.deviantart.com/
Título del relato  Fobia
Finalista Pedro Paradís http://www.rodalia.com/
Título del relato  Bis

También hubo una mención de honor para el relato
En busca del tiempo perdido de Enric Serra Prades http://www.lafamiliamonster.blogspot.com/
y
Distracción de Pura Simón.

FOBIA
Javier Pauner

Volvió a ocurrir.

Estaba en aquella trinchera junto a sus dos amigos. El mismo escenario, los mismos compañeros. Caminaba pisando las manzanas podridas y las entrañas de numerosos cadáveres que cubrían el suelo embarrado.

Durante un atronador ataque de granadas, sus amigos desaparecían envueltos en humo y  cenizas.  Él en cambio era tele-transportado a otro lugar. Había una casa de estilo victoriano, rodeada por un jardín con muchos manzanos. De nuevo se encontraba con los mismos frutos desperdigados por el suelo, pero esta vez no estaban podridos sino que tenían una pinta muy apetecible. No podía resistirse al aroma y cogía  una manzana para darle un mordisco, pero una sensación eléctrica le recorría el cuerpo, despertándolo del profundo y desconcertante sueño.

Ya son veinte los pacientes androides con el mismo sueño. Mi hipótesis como especialista es clara, Microsoft sigue temiendo a la competencia.  Sus androides tienen fobia a las manzanas.



BIS
Pedro Paradís

Fui a verle porque le iban a matar, y porque no había podido salvarlo. Me llevaron a una sala de visitas especial, para gente como él: tan limpia y aséptica que parecía recién pintada. Por la ventana llegaba una melodía alegre, como venida de otro mundo más allá de los barrotes.

No supimos de qué hablar. Todas nuestras cartas y conversaciones anteriores habían girado en torno al experimento, y desde que fracasó no lo había vuelto a ver.

Todo venía de un año atrás, cuando creí haber encontrado la forma de viajar en el tiempo. El objetivo del proyecto era doble: demostrar mi teoría, y que un condenado a muerte se redimiera, viajando al pasado y evitando el crimen que cometió.

Fueron meses de trabajo frenético, incansable, hasta la hora de la verdad. Arrancamos el artefacto, y los registros indicaban un buen funcionamiento, pero cuando se disipó el vapor de agua Furio seguía sentado en la cápsula, con una extraña mueca dibujada en el rostro. Fue el desastre.

Traté de retener a mis patrocinadores, les insistí en que la teoría era sólida, que sólo un error de cálculo de fácil arreglo había desencadenado aquel desastre, pero no me escucharon. Yo mismo, cada vez que me oía, me creía menos. Y Furio volvió al corredor de la muerte.

La visita no fue larga, y creo que él también se sintió aliviado cuando comencé a despedirme con fórmulas vacías. Mientras el guardia me abría la puerta, Furio se acercó a mí, indeciso, como si fuera a confesarme un secreto. Me susurró:
-¿Sabe, doctor? No creo que su invento funcione jamás. Nadie se resiste a repetir los errores del pasado.
No asistí, como le había prometido, a su ejecución.

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO
Enric Serra i Prades

Al llegar a casa visionó con el Greenray, Back to the Future-II.

-¡Oh, my God-exclamó-, quan anticado se a kedado esto!

DISTRACCIÓN
Pura Simón

A primera hora de aquella tarde de domingo, Martín y sus dos nietecitos se dispusieron a coger el viejo funicular que los llevaría al parque de atracciones. Al llegar, sin la más mínima vacilación, los niños corrieron impacientes a la barraca del trenecito que se perdía en la oscuridad de El túnel de las mil sorpresas. Sin más demora, asidas sus manitas fuertemente a las del viejo, se embarcaron en tan fascinante viaje. El tren no tardó en desaparecer entre las tinieblas, y con él los infantiles gritos mezcla de emoción y temor. Martín había llegado a perder la noción del tiempo cuando sus ojos vislumbraron de nuevo la claridad al reencontrarse con la salida. No obstante, la realidad que ahora se presentaba ante él nada tenía que ver con la que hacía poco rato había abandonado. Con gran estupor, se vio solo, con las manos aferradas a las orejas del carnero de cartón piedra que presidía su vagón. Su inmediato propósito fue volver a entrar en el pasadizo, pero fue inútil; la máquina estaba parada y el encargado, como el resto del personal, había desaparecido. Su desconcierto fue en aumento al comprobar que no sólo se encontraba vacío el convoy, la colina donde se erigía aquel mundo de diversión aparecía desolada al completo ante sus ojos. Tiovivos, carruseles y norias seguían girando, pero sin presencia humana alguna. Martín, invadido por el pánico, comenzó a caminar sin rumbo. Recorrió en vano todo el lugar buscando a alguien que le diera una explicación. Y así, sumido en la desesperación, sus pasos le condujeron a la parada del funicular. Allí, un viejo cartel pendía movido por el viento: “Este funicular dejó de funcionar en 1963”.

2 comentarios:

Pauner dijo...

También tengo un
blog. http://paunercomics.blogspot.com/

tsukihime dijo...

SIn duda alguna eres de mis favoritos <3 Felicidades!!