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Curso 2016/17

viernes, 20 de diciembre de 2013

(H) E R R A T I C I D A



PULVERIZAR LOS TEXTOS CON LA SIGUIENTE SOLUCIÓN
Posología: aplicar sobre los escritos varias veces antes de compartirlos de lo contrario la combinación de varios de estos ingredientes puede resultar tóxica y no apta para el consumo humano.

Faltas de ortografía: normas de acentuación, b/v, h... Lo más primario de la primaria.

Repeticiones. Repeticiones. Repeticiones. Repeticiones. Repeticiones. Repeticiones.

Uso incorrecto del adverbio “ahora” en lugar de entonces, en aquel momento, in illo tempore...

Expresiones arcaizantes con el relativo el cual, los cuales, el que, vuesa merced...
en textos que suceden en el signo XXI. Una forma de asegurarse el tono paródico o de que alguien grite ¡Viva la caspa!

Evitar palabras que no conocíamos antes de buscarlas en el diccionario de sinónimos o con la función ad hoc (?) del procesador: ¿jitanjáfora, crestomatía, epanadiplosis?

Vicente Huidobro dixit: “el adjetivo, cuando no da vida, mata”. En aquellos que se anteponen al nombre suelen concurrir las dos circunstancias, que además de no dar vida, maten.

Que no campe a sus anchas don Gerundio.

Verba omnibus. Esas palabras que significan tantas cosas que no significan nada: hacer, eso, esa, ahí, algo, cosa...


¿Hay perífrasis de siete verbos o predominan los verbos auxiliares ser y haber?

Evitar la sobreabundancia de adverbios terminados en –mente. “Creo que de adverbios está empedrado el infierno” (Stephen King).

No confundir hacía (pasado del verbo hacer válido para la primera y tercera persona) con hacia preposición que indica dirección.


Porqué porque por qué por que

¿Tabla definitiva?
El big crush no será la última fase del universo. Después aún se escuchará una frase: porqué, porque, por qué, por que, separado, junto, con acento, sin acento, preposición, pronombre. ¿Será entonces Porky nuestro rey?


¿Se abrevian algunas palabras por pereza? Las fórmulas de tratamiento y/o distanciamiento sr./señor, miss, bwana, hay que escribirlas completas igual que los kilómetros y demás medidas métricas, volumétricas, para que su capacidad, área, peso, etc. sea exacto.

Siempre que sea posible hay que construir las oraciones en activa en vez de en pasiva.

Los topónimos son nombres de lugares, suele haber uno solo o como mucho varios pares al menos por país, aunque se repitan no pierden su singularidad, por tanto hay que escribirlos con mayúscula y sin comillas.

COMA antes del vocativo y para marcar los límites de una aposición. ¿Qué?
Hola, venusino. Es decir, cuando nos dirigimos a alguien o algo.
Aposiciones muy famosas:
Cervantesautor de El quijote,
Freud,padre del psicoanálisis,

Cambiar los guiones si los hubiera por rayas -x –

Aunque sea nuestro mejor mes no se escriben con mayúsculas: marzo, abril, mayo...

Un texto mal puntuado no puede interpretarse correctamente:
Muerto, esta tarde hemos venido.
Muerto está, tarde hemos venido.
Y ya se si olvida el acento, apaga y vámonos.


Un sobretodo es un abrigo, gabán, capa, pelliza, chambergo, chaquetón, zamarra pero no un sobre todo no protege nada del frío.

Atención con el verbo inexistente INFLINGIR. Infringir equivale a incumplir normas, infligir es causar daños morales pero *inflingir no es nada.

Erratas tipográficas. Cambio de lugar de letras, falta de espacios, demasiada separación entre palabras. Se lengua la traba.

Ajustar las marcas de proximidad o cercanía. Este, ese, aquel, aquí, allí, etc. Las coordenadas espacio temporales, el GPS del texto, la deixis, todo lo que señala sin estirar el dedo.


Comprobar el significado en el diccionario de la RAE de muchas palabras que se escriben por aproximación como por ejemplo procesar y profesar.

Fallos de concordancia. Abundantes sobre todo al sustituir términos y cambiar palabras de orden.

Anacronismos, rupturas temporales en la Consecutio temporum del mismo tamaño del SPQR (El senado y el pueblo romano) en algunas películas peplum, las de túnicas.

Verbos reflexivos que no reflexionan o se vuelven irreflexivos.

No se integran las palabras extranjeras, se escriben en cursiva.
Aquellos casos en los que preferimos pedir un whisky antes que un güisqui.

Entre conjunciones y preposiciones suman más de cien por lo que cada vez que se tiene la tentación de escribir "y" para enlazar, solo como adición, tendríamos que plantearnos si otro nexo además le añadiría significado. 

Muchas veces la construcción el (artículo) + infinitivo puede resolverse e incluso mejorarse si solo aparece el verbo. Escribir en vez de El escribir.
Rosario Raro

jueves, 19 de diciembre de 2013

TODAS LAS PROPUESTAS DE ESCRITURA AGRUPADAS

1. AUTOPRODUCCIÓN DE ALCOHOL.
 El caso de Justin McCarthy un hombre de 61 años  de Texas que fabricaba alcohol en su estómago.
2. MONASTERIO SUBTERRÁNEO
Se muda a un apartamento recién reformado y al abrir una trampilla que comunica con el sótano encuentra un monasterio. 

3. EL METEORITO JAMONERO
Utilizaba un meteorito de 100 kilos para prensar jamones. Ocurrió en Retuerta de Bullaque
La noticia tal como se difundió
4. NUESTROS ANTEPASADOS CADA VEZ SON MÁS VIEJOS
Página: http://www.crossatapuerca.com/nw/ de grandes contrastes. 
El entorno:
http://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_de_Atapuerca
http://www.atapuerca.org/
Sima del elefante http://www.atapuerca.org/elefante.htm en la sierra de la Demanda donde se encuentra el yacimiento descubierto por casualidad durante la construcción de una línea de ferrocarril. Creo que esta serendipia resulta muy literaria. Serendipia:http://es.wikipedia.org/wiki/Serendipia y más imaginarnos la vida cotidiana de nuestros antepasados y a algunos pastores de la zona que en la actualidad aún llevan en el zurrón pedernal con el que encenderse un cigarro. Frotan dos piedras, preparan un nido sobre el que dejan caer la chispa, soplan, y tienen fuego. Eso sí, todo sin olvidar relacionarlo con el Cross.
Espero que a estas alturas o profundidades ya hayan brotado las ideas.
5. MI REINO POR UN CABALLO. RICARDO III ESPERABA EN EL PARKING
El fin de un misterio que ha durado quinientos años
Reconstrucción del rostro en 3D
6. ETERNO
Un cazador encuentra en Alcaine, provincia de Teruel, un mensaje atado en un globo procedente de una boda en la región francesa de Aquitania.
Cédric y Rachida
Los recién casados responden
Vídeo del globo que recorrió 600 kilómetros
Gran autonomía de vuelo
 7. IDENTIDAD RELIGIOSA
El DNI del pastafari.
Mi religión me lo exige
Con un colador en la cabeza
La iglesia del monstruoso spaguetti volador

8. El homenaje de Achtung

9. MOMIA ANIMADA
La estatua egipcia que se mueve en Manchester
10.  HANGAR TROPICAL. INTERIOR Y EXTERIOR
11. CONFUSIÓN TOPONÍMICA












12.  MONARCA DE UN REINO INEXISTENTE/IMAGINARIO
13. ACHTUNG!!! ESTA CARNE DE POLLO CADUCÓ HACE 46 AÑOS
Cuando algunos nacimos ella ya estaba en este mundo
14. LEALES MÁS ALLÁ DE LA MUERTE.

Edimburgo:Greyfriars_Bobby  
MUY IMPORTANTE
Los textos que resulten de cada una de estas propuestas podrán entregarse hasta 31 de enero de 2014 para que formen parte de la selección a partir de los que se elegirán los que se publiquen en el libro de este año.
Los que se escriban durante el periodo de navidad, nochevieja y reyes deberán enviarse los días 7, 8 y 9 de enero. De esta forma llegarán agrupados y evitaremos que se pierda ninguno en el éter cibernético. Por lo que rogamos que no se manden antes, por favor.

sábado, 14 de diciembre de 2013


El soroll corromput de la fúria
Jordi Colonques (Vila-real, 1976) és autor de les novel·les Tothom sap que dos i dos fan quatre (1999), El ventre (2002), Sang i fetge (2002) i Món animal (2011), amb la qual va guanyar el Premi Ciutat de Puçol de l’any precedent. Món animal és una història contada amb humor reflexiu i negre sobre la fina línia que separa la conducta humana de la d’éssers menys evolucionats.
Món animal de Jordi Colonques és una obra amb voluntat coral que dosifica la trama des d’un començament alentit que s’escampa com una taca d’oli fins una cataracta d’esdeveniments que arrosseguen el lector cap a un final governat per la lògica d’un enze de caracterització untosa i rebutjable al servei d’una conxorxa de sers marginals inspirats, entre d’altres motius, per un satanisme postís. Ludòpates (de bingo o de jocs de consola), beates, internautes, pornostars, activistes anti-sistema, i un seguit de conductes frontereres i al mateix temps casolanes i familiars, són les veus que s’encarreguen de bastir un discurs humorístics inspirat en el recurs més evident de la comèdia, el de situar el lector per damunt dels personatges, la qual cosa provoca la burla i la rialla.
A partir de dos línies paral·leles ¾ el desfici del malfeiner Gus i el descobriment d’un cadàver¾ extretes del conjunt de vides que s’hi creuen, la prosa s’alimenta de descripcions naturalistes, gairebé forenses, per tal d’enllepolir la lectura amb unes paraules que, si hi cal, no dubten a baixar al terreny de l’escatologia o a escalar la precisió exquisida del sentiments. Històries policíaques i d’humor negre donen pas a una prosa rica i acurada que també trau partit de la fraseologia popular amb mesura i equilibri.

El món animal no només ve determinat per una munió de vida, sinó també per la presència de la mort, i és en aquest terreny en el qual Jordi Colonques trau partir de les escenes més bròfegues. Però, sobretot, «Món animal» és un parc zoològic de nova factura en què els animals campen en llibertat en un indret instal·lat en la capçalera d’un riu d’ubicació valenciana. O potser el parc és l’altra cara de l’espill d’un barri de la mateixa ciutat que l’autor podria empadronar a Benimaclet. Així que les reaccions de veïnatge del microcosmos d’un barri serveixen d’argument per a un entremaliat de relacions que suren entre la fatalitat i un esdevenir tan natural com la mort. És gràcies a una dotzena llarga de personatges que apareix al voltant, en principi, del cadàver mutilat de l’ucraïnès Yaroslav Mijailovic, que es trenca la seguida consuetudinària i s’instal·la la novel·la en el terreny d’una ficció policíaca, les pistes i el protagonisme de la qual es reparteixen entre persones i animals: Faustí, aliment de la seua pròpia collita de llombrius; Amàlia, condemnada a l’espera; Serafí, mort per un mal vent; Lluïsa, mare del personatge més destacat, Gus, veritable nexe de les diverses trames que s’acabdillen en la narració; Tomàs, un carnisser de Mercadona; Samantha, una peixatera del mateix supermercat; Mateu, un carregador de carn de passat fosc i cinematogràfic; Batiste, víctima estocada; Manuel, que beu del sacrifici que enceta; Elena, divorciada d’un maltractador; Armand Bustos, operador de càmera; Esperança, que posa la fe en el bingo; Domènec, mendicant que sempre troba més carn de la que no esperava... i dos gossos, un goril·la, una colla de micos...
Així, doncs, el barri i el parc zoològic són els dos espais que es complementen especularment. De fet, no són poques les ocasions en què les accions dels humans són descrites com si les dugueren a terme els animals: des de portar-se el menjar al pap a la brutalitat d’un marit o a la musculosa empenta sexual. És per això que el que en un principi s’obri com a obra deliberadament inscrita en un gènere narratiu determinat, aprofita per esdevenir una novel·la amb projecció social, proveïda de contingut moral y amb un manual de supervivència inclòs: brutal.

PASQUAL MAS I USÓ

jueves, 12 de diciembre de 2013

Nueva propuesta

¿Son historias más que humanas?

1. Tokyo: Hachiko
2. Edimburgo:Greyfriars_Bobby

domingo, 8 de diciembre de 2013

La poeta y editoria Amelia Díaz Benlliure en el Curso de Escritura de la Uji

     Jueves, 12 de diciembre
  19.00 horas
  Aula 1116
        Facultad de Ciencias Humanas y Sociales 
           de la Universitat Jaume I

La voz doble del inconformismo
Amelia Díaz Benlliure vuelve a la poesía con Tuya es la voz (Los libros de la Frontera, Barcelona, 2013). Después de Manual para entender las distancias (2011) y de algunas calas sembradas en diversas antologías, la voz de esta poetisa castellonense toma la palabra para arrancar los pestillos de la injusticia.
Este segundo poemario de Amelia Díaz Benlliure es el pago de una deuda a quien le diera la voz de las palabras, su padre; al que, por cierto, también dedicó su primer poemario. No es, sin embargo, una elegía, sino que el poema vive autónomo y se lanza al vacío para proclamar todo aquello que, desde la palabra, pone en tela de juicio lo que sostiene la aluminosis de los pilares de la sociedad. Así que el poema se constituye en altavoz de quien se niega a aceptar las injusticias o el destino inmerecido de los pueblos y de sus gentes. Se trata, por tanto, de un camino paralelo que fluye encarando los márgenes de un mismo río: de una ribera la voz del padre, de la otra la de Amelia Díaz Benlliure.
Y, sin embargo, ¿cómo separar el agua única que erosiona cada una de las márgenes? De la imposibilidad de esta separación que inunda todo el poemario surge una voz única y doble formada por la «tuya» (de su padre) cuando escribe «Es tu voz, padre. / Tuya la voz.» (28); y la de la propia Amelia, en la que también reside él, «mi tu» (65). Y quizás nuestra voz ¾cómplice tras la lectura¾ que habrá de tomar el relevo como sugiere José Saramago en Levantado del suelo. Tiene mucho del aire cabreado e inconformista del escritor portugués este Tuya es la voz de la castellonense; pero aquí lo torrencial se muestra contenido, destilado, agazapado y dispuesto a saltar como un resorte que, llegado al tope de su resistencia, cede, estalla y esparce aquello que retenía a los cuatro vientos.
Por otra parte, la desolación en la que se crece la voz de Amelia Díaz en este poemario no llega a naufragar en el desespero, pues se sabe apuntalada por las palabras de un padre ausente en lo físico, pero presente en las palabras que le ha transmitido. De ahí que se invoque la figura paterna con su palabra rescatada y solicitada y afirme «que nos llegue la esperanza /…/ en su voz» (62). Una palabra que continuará en los hijos, esos que “son trigo brillando / en la apatía de la noche” (55), como escribió en Manual para entender las distancias. No todo está perdido mientras la palabra continúe su curso, viene a sugerir Amelia, y a este mensaje hemos de agarrarnos para dar sentido al yo en la sociedad, al individuo que se da a los otros, que se funde y se rebela al mismo tiempo, que se sabe igual a los demás, pero que no renuncia a mirarse desde el otro lado del espejo para comprender la estatura de su personaje.

PASQUAL MAS I USÓ
NOTA DE LA AUTORA

Mi padre me enseñó a amar la poesía.
Me enseñó a leer, a luchar por mis sueños, a ayudar a otros a cumplir los suyos, a no tolerar la injusticia, a repartir, a compartir, a defender al indefenso. A dar. A darse.

DEDICATORIA DEL LIBRO Tuya es la voz

A quien solo puede ser alcanzado
a través de la poesía.
A quien está a otra distancia.

A mi padre.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Amelia Díaz Benlliure es además editora en Unaria Ediciones

martes, 3 de diciembre de 2013

La escritora Elena Casero


Elena Casero

La editorial madrileña Talentura ha publicado los tres últimos libros de Elena Casero: las novelas Tango sin memoria y Tribulaciones de un sicario y el libro de relatos Discordancias.
En Tango sin memoria, Gracia y Julia llevan una vida monótona, pero un buen día la primera decide romper con los hábitos sólidos que la petrifican y se decide a escribir cartas a un tal Lucho en las que decide contar su vida desde que «se separó» de él. Resulta destacable que el lenguaje de las cartas es más lírico y elaborado para identificarse con la confidencia, mientras que el del resto resulta ágil para favorecer el diálogo, lo que ayuda a distinguir la atmósfera de dos ámbitos diferentes: el del pasado enclaustrado frente a un presente falsificado en el que Gracia ha sido acogida sin pedirle explicaciones.
Las cartas de Gracia constituyen una confesión que ha sido aplazada hasta ese momento, desde que ha llegado al país extraño en el que se encuentra, donde se ha visto «obligada» a un cambio de nombre y a ahogar su vida en misas y novenas. Las cartas serán una liberación o quizá una claudicación, un asunto que habrá de sopesar el lector.
En Tribulaciones de un sicario ¾su obra más conseguida¾, tras un comienzo que sirve de homenaje al de La Regenta (alguien vigila desde lo alto de la torre a la hora de la siesta) un flamante sicario se ve envuelto en una rocambolesca investigación que le llevará a conocer más profundamente su pasado y el misterio que este encierra. Anselmo de la Rúa es un personaje decadente, sin empuje, al que le encomiendan el trabajo de seguir al propietario de un palacete. Al principio se ve sin fuerzas, atenazado por la vida aletargada que lleva como inquilino de una pensión de medio pelo, pero en el transcurso de su tarea marginal comienza por no reconocerse a sí mismo hasta que poco a poco abandona su trabajo de sicario para centrarse en saber quién es el hombre al que sigue. Ayudado por un amigo de la pensión, el lector asistirá a dos versiones de lo que puede ser la vedad del caso, la que dice Anselmo sobre la propiedad del palacete y que lo liga a su familia y la que refiere el amigo de la pensión refrendada por lo que la gente dice al respecto. ¿A quién creer?, entonces.
El género negro sirve a Elena Casero como pretexto para contar la historia de un personaje oscurecido por el abandono, enfermo y fracasado que irá mutando frente a nuestros ojos hasta alcanzar el protagonismo de una misión heroica. Y cómo recuerdan estos personajes a los de las novelas de Luis Landero. En efecto, se trata de personajes anodinos que han asumido transitoriamente su fracaso y que por una cuestión de azar se ven lanzados a ocupar un puesto de privilegio en una trama perfectamente entrelazada. Poco a poco el lector se da cuenta de que el «caso» es una excusa para contar la vida de Anselmo, para restituir su pasado hundido y, sobre todo, para que sus sueños tomen un nuevo rumbo desde el momento en el que decide actuar por su cuenta (TDS: 69) y se crece, dice palabras que ni imagina que sabía usar, progresa y se lanza a un precipicio de situaciones intrigantes.
Por último, en Discordancias comienza con «Tu melena negra», una probatura de novela corta, dividida incluso en partes que aluden a secciones temporales, lo que permite a la autora mostrar la evolución del personaje y, además, hacer que el lector se fie del narrador obviando su estado mental, y por tanto autoengañándose y cayendo poco a poco en la sorpresa final.
A partir de ese momento, los relatos son más breves y sabremos hasta dónde puede llegare la curiosidad humana, para cuánto da una noche en vela, qué atrae del suicidio ¾tema recurrente en este libro¾, cómo telefonear al limbo; y del paralelismo entre el juego y la realidad, de los peligros de leer a Benedetti o a Cioran, de la visita y los sueños sexuales, de las consecuencias de un salto de longitud, de la pistas que deja la ceniza o de los placeres de ir de tiendas en Nueva York. Situaciones, por tanto, «disonantes» que cuestionan desde el estatuto de la ficción las secuencias de la realidad.

PASQUAL MAS I USÓ

jueves, 28 de noviembre de 2013

MÁS PROPUESTAS DE ESCRITURA

Escritura de un texto (hasta se pueden inventar géneros nuevos) a partir de uno -o varios- de los siguientes puntos de arranque:
Granada

1. CONFUSIÓN TOPONÍMICA:
De Granada a Granada:

2. MONARCA DE UN REINO INEXISTENTE/IMAGINARIO

3. ACHTUNG!!! ESTA CARNE DE POLLO CADUCÓ HACE 46 AÑOS


Tres historias ante las que es imposible quedarse callado. 
No hay hojas en blanco que valgan con temas así. 

martes, 26 de noviembre de 2013

RELATOS SCI-FI, LITERATURA FANTÁSTICA Y DE TERROR


La casa del acantilado
Allí está en lo alto del precipicio. Ya falta poco para llegar, las piedras del fondo se van viendo con nitidez. Está más nublado que de normal y esa luz grisácea resalta la fastuosidad de la mansión, situada a varios cientos de metros por encima de nosotros. Al llegar al embarcadero me bajo rápido de la barca, no me atrevo a mirarle a la cara, sin articular palabra empiezo a adentrarme en la arboleda hasta el camino que me llevará al caserío.
Es un camino ascendente y pedregoso, por unos tramos es sombrío a causa de la excesiva vegetación y por otros es resbaladizo debido a la humedad. Recorre la cara más escarpada y angosta del acantilado hasta alcanzar su extremo superior opuesto.
Llego arriba con la sensación de estar en una nube, algo mareado tanto por la altura como por la falta de aire tras el recorrido. En todo momento he sentido que no estaba solo y aunque miraba a mi alrededor, no había nadie. Un susurro, como un canto de sirena, me atraía hacia aquí. Ahora lo único que oigo es ese graznido insoportable de los cuervos que revolotean alrededor del árbol cercano a la casa. A medida que me acerco se dispersan hasta desaparecer y vuelve la calma. Parece muerto y sus ramas forman sombras y caras fantasmagóricas, como si de un cuento de Tim Burton se tratara. Desde aquí se perfila el enorme saliente de vértigo a modo de balconada suspendida, que le da el aspecto de un gran mirador al infinito.
Este paisaje es completamente distinto: desértico y desolado. La brisa acaricia la hierba seca como si la peinara. Una vez frente a la casa, la contemplo deslumbrado a la vez que atemorizado; un postigo medio descolgado golpea la pared; los cristales de la ventana están desperdigados por todo el soportal; desconchones de pintura en la fachada. Súbitamente un gato negro sale despavorido de la otra ventana como si le persiguiera el diablo.
Me decido a subir los escalones de madera que crujen con cada pisada; el tiempo ha hecho mella en el caserón. Al acercar la mano al pomo de la puerta, ésta se abre dejando sonar sus bisagras oxidadas. Ya en el interior observo la decadencia de la construcción, las paredes manchadas y con grietas a causa de las goteras, el entablado de madera carcomido, puertas atrancadas por los cascotes del techo… A través de un pasillo llego a un habitáculo muy amplio, con grandes ventanales, algunos con cortinas raídas y ajadas por el viento; parece ser la zona del voladizo. En una esquina, sobre una sucia butaca, una muñeca despeinada y rota parece esperar mi vuelta al hogar. Me acerco a uno de los ventanales desde el que diviso la panorámica del lago por el que he venido hasta aquí y a lo lejos, Caronte, el Barquero de la Muerte vuelve a su averno.
De repente las paredes empiezan a desvanecerse. El suelo bajo mis pies va desapareciendo. Me desplomo. Me agarro a los tablones que aún quedan cogidos. Se van soltando. Me cojo de uno y luego de otro mientras siguen cayendo. Resbalo. La muñeca se ha convertido en un espectro horrible que viene a por mí; no quiere perder otra alma. Estoy aterrado. A medida que se acerca me voy soltando y precipitándome al abismo. El pánico me bloquea. Caigo al vacío. Grito. Por mi mente pasa toda mi vida en segundos. Me desespero. Me falta la respiración. Me acerco estrepitosamente a las piedras de la orilla del lago.
Me despierto alterado, asustado y con sensación de ahogo, empapado en sudor frío. Mi mujer no se ha enterado de nada. Sueño demasiadas veces con lo mismo y cada vez estoy más cerca de estamparme en el fondo del despeñadero. Estas heridas son más profundas que las anteriores. Presiento que la próxima vez me despertaré demasiado tarde.
José Luis Climent


EL ARRULLO

Era media noche. Mi hijito dormía en su cesto. Lo veía desde la posición más alta en la que coloqué mi cabeza en la almohada. A mi derecha Jyden John, me daba la espalda. Observé los caracoles negros de sus cabellos. Desprendía calor y una sexual animalidad que me hacía desear muchos más hijos, sin embargo, ningún día de matrimonio era tranquilo. Su carácter enigmático me producía ansiedad.
Sobre la mesilla, la luz del quinqué mostraba la habitación en penumbra, la cara de mi niño y su pequeño tórax moverse arriba y abajo al respirar. Noté el sueño posarse sobre mí como un gran sudario húmedo. Me sentía débil y quise tocar la espalda de Jyden para asirme a la realidad pero fue inútil; la modorra paralizó mis músculos hasta incapacitarme. Desde los pies de la cama, una presencia vívida me amenazaba. De una zancada subió a horcajadas y me aplastó el pecho mientras se restregaba sin medida, como un sátiro. Una sensación de peligro y maldad empacaron la alcoba hasta confundirla con el abismo. Oí entonces fricar las sábanas del bebé al moverse y miré; una maraña de hilos gruesos negruzcos se retraía de su faz como las lombrices del fango marino. No podía gritar, mi agitación despavorida no surtía efecto.
Por el pasillo, una muerta trasteaba y hacía ruido, reconocí su cadencia al caminar, era mi madre que se presentó bajo el vano de la puerta, se llevó las manos a la cara y movía los dedos como las patas de una araña cuando arde. Jyden John se levantó como un autómata y fue hasta el pequeño. Lo tomó y alzó una especie de gorgojo enorme que perforó el arrullo que lo envolvía con unas espinosas patas que se movían en oleadas. En la puerta, mi madre, frenética, había aumentado la velocidad de sus dedos y sus labios formaban vocablos ininteligibles.
El abdomen de Jyden era un hervidero de escolopendras por donde, lo que fue mi hijo, se introdujo entre siseos y rumores sin mensaje identificable hasta desaparecer. Impasible, Jyden, se acercó a mi cuerpo inerte, abrió las palmas de mis manos y puso en ellas lo único que quedó de mi retoño, el arrullo.

María José Senent.
Noviembre de 2013.



ANGUSTIA


Se acostó tarde. El nerviosismo no la dejaba conciliar el sueño. Su mente no se relajaba. Los pensamientos la golpeaban una y otra vez y sus sentimientos conseguían transmitir un dolo inmenso directo al corazón. El mismo cansancio logró que cayera en un profundo sueño.
Abrió los ojos, el día se había abierto paso y la luz entraba por las pequeñas rendijas de la persiana, bajada la noche anterior para evitar precisamente eso, que la luz invadiera su espacio, ese espacio tan oscuro.
Permaneció con los ojos abiertos con la mirada perdida, notó que la respiración se le entrecortaba, le faltaba el aire, su estómago parecía haberse encogido hasta el tamaño de un botón, su garganta se cerraba en espasmos y en sus ojos se reflejaba una gran tristeza. No quería levantarse, solo el pensarlo le causaba pánico, angustia, ansiedad. Ante ella apareció la imagen culpable de todas aquellas sensaciones. Empezó a sudar. Las lágrimas resbalaban lentamente por su rostro. El llanto no tenía sonido. Sabía lo que le esperaba. Sentía que una vez más no iba a ser correspondida. Se había enamorado.

*****

Abrió los ojos, la luz entraba por las pequeñas rendijas de la persiana. Varias lágrimas resbalaban por su mejilla. Sabía que no iba a ser correspondida. No lo podía soportar más.
Se levantó, salió a la luz de su balcón y… saltó.

                                                                                                                                   Sicilia Nuño de Haro

El campamento de la injusticia
Se encontraba indignado. A pesar de la insistencia general, la situación no mejoraba. Habían transcurrido varias semanas desde su llegada. El lugar no le gustaba, pero tampoco le habían dado elección.


Habían construido un campamento alrededor de la zona. Quizá creyeron que acabarían cediendo a sus pretensiones si apreciaban su lastimosa situación. Los de su condición nunca estarían bien vistos, a pesar de que ni siquiera habían deseado su existencia. 


Junto a él se debían encontrar miles de robots más. Todos habían sido usados de forma conveniente por los humanos y desechados cuando su utilidad finalizó. Aún así, no se les permitía la entrada.


Contempló al vigilante de la puerta. Su barba y su vestimenta lucían tan blancos que parecían brillar. No tenía culpa alguna, pues solo seguía las órdenes de su superior.


Desconocía si algún día les dejarían acceder al recinto. Se había creado un gran debate interno al respecto. En el cielo todavía no se podía considerar que los robots poseyeran alma.

(José Luis Dosdad)


Mi agente

Yo: He tenido un accidente de coche. No ha sido grave, pero me duele el cuello. He ido a mi médico de cabecera y me ha recomendado que asista a terapia para la recuperación. Así que necesito tu ayuda.
Agente: De acuerdo, ¿cómo puedo ayudarte?
Yo: Quiero que busques especialistas que me puedan tratar en un radio de 10kms desde mi casa.
Agente: Si quieres, junto con el listado de médicos, puedo averiguar la reputación de cada uno de ellos.
Yo: Me parece estupendo. Además, intenta cuadrar sus horarios de disponibilidad con mi agenda, a ver si encontramos una cita que nos venga bien a los dos.
Agente: Muy bien. En cuanto tenga algo te aviso.
Yo. Ok.

Pasado un tiempo mi agente me dice lo siguiente.
Agente: He encontrado tres propuestas para tu petición: la cita con el primero sería para dentro de dos semanas; para ver al segundo tendrías que conducir más de tres horas; y luego, hay un tercer médico que tiene una excelente reputación, y tiene huecos en su agenda, que coinciden con los espacios libres de tu agenda, para esta semana.
Yo: Perfecto. La tercera opción es la mejor.
Agente: Con el tercero puedo negociar un descuento especial.
Yo: Vale. Entonces, negocia el descuento y realiza todos los pasos necesarios para concertar cita.

Mas tarde.
Amigo: ¿Cómo va tu dolor de cuello? ¿Has encontrado ya algún terapeuta para que te atienda?
Yo: No, mejor aún. Me he bajado una aplicación de Google Store que se llama Agente. Se encarga, entre otras muchas cosas, de realizar búsquedas en internet por ti, de cuadrar tu agenda con las de otros profesionales, de negociar tarifas, etc. Todo ello en cuestión de segundos.
Amigo: Suena estupendo.
Yo: Lo es.

Nota. Este escenario puede que sea una realidad cuando la investigación actual en el campo de la Web Semántica avance lo suficiente.
(Rubén Vázquez) 


Polux el reno invisible
¡Mami, mami!, ¿y el árbol y las lucecitas?, ¿y las bolas rojas y las verdes?, ¿y los calcetines, y… y…? Para, César, para…cariño, poquito a poco; mañana por la tarde lo sacaremos todo del trastero y lo montaremos, ¿vale? Vale… mami… ¡hope…! yo quería hoy… Hoy no podrá ser… tenemos que ir a la competición de “sincro” de tu hermana. ¡Uf, vaya rollo, mami!
¿Sabes qué, mami?, la abuela dice que si estás muy quietecito al lado de su chimenea el día antes de Nochebuena, puedes ver a un reno por la ventana, y que es amigo suyo, y si sales después al patio, ves en la nieve las marcas de sus patas y… escuchas los cascabeles… y… y Helena dice que es mentira. ¿Mentira?, ¿ha dicho eso tu hermana, qué es mentira?, ay, ay... ya hablaré yo con ella… ¿sabes una cosa, César?, los renos se sienten aquí, en el corazón y si cierras los ojos muy fuerte muy fuerte y piensas lo voy a ver, lo voy a ver, pues, va, y lo ves, y hay veces que casi le puedes tocar. ¿A sí, mami? Claro, igual que tu hermana siente el color rosa, las mariposas en el estómago, el amor... tú puedes ver el reno y yo también. Ya verás, mañana iremos a casa de la abuela y te lo demostraré.

¡Ostras, mami! un poco más y lo veo. Ves, ya te lo decía yo; tú, casi lo ves y yo, lo vi. ¿Y por qué Helena dice que es mentira? No le hagas ni caso, mañana te aseguro que lo verá, igual que el papi, los primos y esos vecinos a los que les está pasando tantas cosas, pobrecitos… Vale, mami, será nuestro secreto hasta mañana por la noche. ¡Chis!, no se lo digas a nadie, ¿vale? ¡Vale!
  • Un reno, un reno… a quién se le ocurre decirle que va a ver un reno; vale que el niño es pequeño y pesado, pero, no está bien que se le mienta de esa manera, ¿me entiendes, no, Anna?, mi madre flipa… ¿en serio te ha dicho Marc que yo le gusto? Tía, que sí.
¡Helena, cuelga ya el teléfono, y dúchate! Voooooy… pesada. Oye, oye, no está bien que me contestes así, jovencita, vaya ejemplo para tu hermano. No será el mejor ejemplo, pero… decirle que va a ver un reno... je, je… me parto, tampoco es que sea muy... Le he prometido que lo verá y lo verá. El resto del mundo no tiene la culpa de que tus ojos solo vean a Marc.


La expedición está ultimando los preparativos sin importarle los treinta y nueve grados bajo cero que marca hoy el termómetro exterior; a veces nuestro vaho es tan grande que no vemos nada. Hay un par de compañeros de viaje, un poco más mayores que yo, que no paran de cornearse mientras miran a no sé quién y a mí no me gusta nada. Mañana es mi primera vuelta al mundo en veinte y cuatro horas y me siento raro y emocionado; ojalá viniera en la misma troika mi vecina Aniatsirt; en mi hoja de ruta dice que primero pasaremos por Haití, luego por Filipinas y finalmente por Palestina; poco a poco los ayudantes del señor gordito de la barba blanca —este año hay novedades: visten de verde— van dejando listos todos los deseos en los trineos.

Todavía no se ha dado la orden de salida; no debe faltar mucho, me muerdo las pezuñas… me balanceo; con las patas de atrás hago dibujos en la nieve; tengo ganas de correr, mi aliento pinta estrellas en el aire…
¿Y tú, quién eres? ¿Yo?, yo soy Siro, el reno nuevo, ¿y tú? Yo soy Polux, el nieto de Blitzen uno de los renos del señor gordito; mi familia trabaja todas las navidades con él; mi papá dice que estos dineritos extras van siempre bien, y encima das la vuelta al mundo en un día, es total, ya verás, ven, corre y te diré quiénes son los renos que van en el trineo principal; mira son aquellos, ¿los ves? Sí, sí. Se llaman: Donner, Vixen, Cupid, Comet, Dasher, Vondín, Dancer, Prancer y Rudolph; están un poco viejetes pero todavía es pronto para andar pensando en sustituirlos, aunque no me importaría, ¿sabes?, además, una vez llegas a la troika principal, puedes escoger la mejor “rena” de la manada. Mira, ya nos llaman, ¿oye, cuántos cascabeles llevas, tú?, estamos a punto de partir, ay, ay... ¡tomaaa! ¿Y dónde vas tú, Polux?, yo doy una vuelta tremenda pues primero voy a Etiopía, Zimbabue, Guinea Ecuatorial y Eritrea y después subo hasta Europa a un pueblecito que nos han marcado en la hoja de ruta a última hora, cerca de los Pirineos; vamos en misión especial a casa de un unos vecinos de un niño que se llama César.

Nos vemos mañana por la noche y me cuentas como te ha ido, ¿ok?
Ok, Polux, feliz Navidad
Feliz Navidaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Siro

Jojojojojo… ning-ning, ning-ning, ning-ning, ning-ning,




-Fin-
(Rosa Miró)