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Curso 2016/17

martes, 3 de diciembre de 2013

La escritora Elena Casero


Elena Casero

La editorial madrileña Talentura ha publicado los tres últimos libros de Elena Casero: las novelas Tango sin memoria y Tribulaciones de un sicario y el libro de relatos Discordancias.
En Tango sin memoria, Gracia y Julia llevan una vida monótona, pero un buen día la primera decide romper con los hábitos sólidos que la petrifican y se decide a escribir cartas a un tal Lucho en las que decide contar su vida desde que «se separó» de él. Resulta destacable que el lenguaje de las cartas es más lírico y elaborado para identificarse con la confidencia, mientras que el del resto resulta ágil para favorecer el diálogo, lo que ayuda a distinguir la atmósfera de dos ámbitos diferentes: el del pasado enclaustrado frente a un presente falsificado en el que Gracia ha sido acogida sin pedirle explicaciones.
Las cartas de Gracia constituyen una confesión que ha sido aplazada hasta ese momento, desde que ha llegado al país extraño en el que se encuentra, donde se ha visto «obligada» a un cambio de nombre y a ahogar su vida en misas y novenas. Las cartas serán una liberación o quizá una claudicación, un asunto que habrá de sopesar el lector.
En Tribulaciones de un sicario ¾su obra más conseguida¾, tras un comienzo que sirve de homenaje al de La Regenta (alguien vigila desde lo alto de la torre a la hora de la siesta) un flamante sicario se ve envuelto en una rocambolesca investigación que le llevará a conocer más profundamente su pasado y el misterio que este encierra. Anselmo de la Rúa es un personaje decadente, sin empuje, al que le encomiendan el trabajo de seguir al propietario de un palacete. Al principio se ve sin fuerzas, atenazado por la vida aletargada que lleva como inquilino de una pensión de medio pelo, pero en el transcurso de su tarea marginal comienza por no reconocerse a sí mismo hasta que poco a poco abandona su trabajo de sicario para centrarse en saber quién es el hombre al que sigue. Ayudado por un amigo de la pensión, el lector asistirá a dos versiones de lo que puede ser la vedad del caso, la que dice Anselmo sobre la propiedad del palacete y que lo liga a su familia y la que refiere el amigo de la pensión refrendada por lo que la gente dice al respecto. ¿A quién creer?, entonces.
El género negro sirve a Elena Casero como pretexto para contar la historia de un personaje oscurecido por el abandono, enfermo y fracasado que irá mutando frente a nuestros ojos hasta alcanzar el protagonismo de una misión heroica. Y cómo recuerdan estos personajes a los de las novelas de Luis Landero. En efecto, se trata de personajes anodinos que han asumido transitoriamente su fracaso y que por una cuestión de azar se ven lanzados a ocupar un puesto de privilegio en una trama perfectamente entrelazada. Poco a poco el lector se da cuenta de que el «caso» es una excusa para contar la vida de Anselmo, para restituir su pasado hundido y, sobre todo, para que sus sueños tomen un nuevo rumbo desde el momento en el que decide actuar por su cuenta (TDS: 69) y se crece, dice palabras que ni imagina que sabía usar, progresa y se lanza a un precipicio de situaciones intrigantes.
Por último, en Discordancias comienza con «Tu melena negra», una probatura de novela corta, dividida incluso en partes que aluden a secciones temporales, lo que permite a la autora mostrar la evolución del personaje y, además, hacer que el lector se fie del narrador obviando su estado mental, y por tanto autoengañándose y cayendo poco a poco en la sorpresa final.
A partir de ese momento, los relatos son más breves y sabremos hasta dónde puede llegare la curiosidad humana, para cuánto da una noche en vela, qué atrae del suicidio ¾tema recurrente en este libro¾, cómo telefonear al limbo; y del paralelismo entre el juego y la realidad, de los peligros de leer a Benedetti o a Cioran, de la visita y los sueños sexuales, de las consecuencias de un salto de longitud, de la pistas que deja la ceniza o de los placeres de ir de tiendas en Nueva York. Situaciones, por tanto, «disonantes» que cuestionan desde el estatuto de la ficción las secuencias de la realidad.

PASQUAL MAS I USÓ

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por los comentarios sobre mis libros. Siempre es agradable conocer el punto de vista ajeno, sobre todo si es de otro escritor y maestro.

Un abrazo grande