(IQuer)
¿Puede tener consciencia un personaje imaginado? Para mí la respuesta es clara, sí, de hecho soy uno de esos individuos ilusorios. A pesar de ello me considero una persona normal, aunque algo obsesionado con los dragones.Nací el día que Paco, conmigo de maleta, entró demasiado fuerte en aquella curva, veníamos de hacernos un gran tatuaje en la espalda, el de un fiero Dragón. Queríamos volar como nuestra mascota, aunque fuese a ras de suelo. Resultado, traumatismo craneal para mi amigo, llevaba casco, yo me abrí la cabeza y fallecí en el acto.
Recuerdo la cara de sorpresa de mi amigo cuando, meses más tarde, me presenté en el asiento trasero de su coche (no quiso volver a coger una moto). Al principio no me reconoció, quizá porque cambié mi cabeza rota por la del Dragón de mi espalda. Pero después de contarle secretos que solo nosotros vivimos, sus lágrimas se alegraron de verme. A partir de ese momento también quiso ser Dragón. -Solo se necesitan dos cosas, sangre de doncella y transformación física a base de fuego.
Mientras en el coche acechaba a sus víctimas, yo le ayudaba en su metamorfosis, ya que Paco no era capaz de dibujarse las escamas con el encendedor de cigarrillos. Un año más tarde tenía todo el cuerpo escamado, también se había acostumbrado por completo al sabor de la sangre, de la joven sangre femenina.
Se sentía contento, realizado, y para disgusto de sus padres, reparó su vieja moto y volvimos a volar sobre el asfalto. A veces, para impresionar a mi amigo, saltaba de la moto en marcha y desplegaba mis bellas alas. A él nunca le crecieron y saltaba a la vista que estaba muy angustiando por ello, también quería gobernar el cielo. Tanta pena me dio que le regale las mías, aun sabiendo que moriría sin ellas. Moribundo, vi como remontó el vuelo hasta que plasmó en el Sol su bella silueta de Draconiana.
Días mas tarde, cerca de un precipicio, encontraron un águila sin alas junto a la moto de Paco. El yacía sin vida doscientos metros más abajo.
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