Kaye Saunders
-“ ‘Abuela, voy al otro salon a ver el espectaculo, dijo la niña protagonista de la comunión.
En pocos instantes el comedor se vació de niños dejando a los mayores para disfrutar de la sobremesa con calma.
En el camerino, se perfiló los labios, polvoreó purpurina por todo y salió al encuentro de su público.
-“¡Caramba!”- pensó “como ha bajao la edad de los de despedidas, ¡son verdaderos críos! La profesionalidad por delante, a darlo todo.”
Dulce Expectación con sus tacones vertiginosos que echaban destellos de luz a cada paso, la peluca de fibra óptica que cambiaba de color con cada pulsación de pila y sus ‘trapos’ brillantes y estrafolarias hizo su entrada triunfal, con gritos de aprobación del público, era el sueño de cualquier niña, hecha realidad.
Desde el comedor se oían los gritos y aplausos y el playback de Y.M.C.A. Lla abuela contenta por tener los crios entretenidos, sin embargo no estaba a gusto, la camarera delante suya le parecia una fresca con esa falda corta rozando las indecencias.
“Mare meua, s’ha despullat” gritó la abuela en cuanto la camarera se despojo de su mini delantal.
“Eso es, niños” cantaba Dulce en el salon al lado, extendiendo los brazos en forma de Y, disfrutando de la total participación de su público.
“¿ Han llamado a la policia?” preguntó un policia, muy guapo adentrandose en el comedor.
“Ya, era hora,”pensó la abuela .
“Pués a esa fresca, hay que detenerla” prosiguió el policia y con un ademan muy agil arrancó todo su uniforme dejando relucir un cuerpo fondón y un tanga abultado.
Esto fue el detonante para la abuela, con gritos de “escandolòs” se levanto y usando su bolso de mano a modo escoba procedia a barrer los artistas del comedor.
De repente por el otro lado de la sala
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