Lucía Gemma Merino GonzálezYo soy Dios, soy mujer, y aquí os espero, justo a pobres y pecadores, con mi profeta, Diana, sentada a mi derecha, para daros la bebida de salvación.
Porque como Benedetti dijo: "Si Dios fuera mujer no se instalaría lejana en el reino de los cielos, sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno, con sus brazos no cerrados"
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