Mar Olmedo Violero
Cuando el pintor Zuloaga,le propuso a Dº Cayetana de Alba,por décima vez pintarla,ella le puso dos condiciones,sin las cuales no accedería al posado.La primera que no retrataría a otra niña y la segunda que en el cuadro debía aparecer el raton americano más famoso.El pintor estuvo muy preocupado pensando como conseguir un ratón Mickey.Estuvo hablando con un marchante de arte amigo suyo,llamado Alberto Casamunt,que varias veces al mes viajaba a Estados Unidos,sin pensarlo dos veces le dijo,que era de vital importancia,conseguir como fuera el dichoso muñeco y que lo necesitaba lo antes posible.
Alberto no conocia el muñeco de Walt Disney,así que viajó esperanzado,pensando que lo localizaría fácilmente en cualquier tienda especializada.Pasados unos días,le entró un profundo malestar,no había en ninguna tienda existencias.Cabizbajo paseó por las calles,llenas de tráfico y ruido,quería quedar bien con su amigo Zuloaga,tan querido y admirado.Siendo ya las cinco de la tarde,se sentó en un banco de un parque cercano,lleno de niños y columpios.Algunas madres jugaban con ellos en el tobogán.Relajado,se pusó a observar,le cautivó una niña de pelo rubio y rizado,al mirarla vió en su mano un peluche negro,con orejas grandotas y pantalón rojo.
Alberto,respiró profundamente y sonrió,es posible,lo lleva en la mano ¿cómo haré? ¿qué le diré?Tengo que conseguirlo como sea.Sin pensarlo dos veces,se acercó a la criada uniformada,de unos treinta años y semblante hostil.
-Disculpe,verá,mi inglés no es muy bueno,pero necesitaría pedirle un gran favor .Yo quiero comprarle ese muñeco a la niña que cuida,es de vital importancia para mí,le pagaría lo que ellla quisiera.
-Señor,eso es imposible,es un regalo de su padre,el cual aprecia mucho y no querrá desprenderse de él.
La niña que parecía indiferente a esta conversación,de pronto volvió su rostro y le contestó:
-Este ratón que usted quiere ¿es para otra niña?
-Así es y desea mucho tenerlo,pues en nuestro país,no hay ninguno igual.
-De acuerdo,yo se lo daré,sí se hace amiga mía y me escribe para darme las gracias.
Alberto no cabía en sí de gozo,por supuesto que así se haría,le contestó.
Pasados unos días,regresó y le comentó todos los avatares a su amigo Zuloaga,este muy contento,empezó a pintar el cuadro y DºCayetana,se carteó con su desconocida amiga.
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