Diego Navarro UBÉ
El inspector Toriop entró en la sala de autopsias, tratando de no hacer ruido para no estorbar el trabajo de la forense. No lo debió conseguir, ya que al momento la doctora Nostaw levantó la cabeza del cuerpo que estaba examinando y le sonrió.
-Hola, Johanna. ¿Qué te ha contado nuestro amigo?
-Muchas cosas, la verdad –contestó ella, con una mirada risueña que disparó todas las alarmas en la cabeza de Herb-.
-Bueno, pues ponme al día.
-Al señor Mostafa le dieron catorce puñaladas en torso y espalda, tres de las cuales alcanzaron zonas vitales. La perforación en el ojo izquierdo fue causada por un proyectil de 9 mm que quedó alojado en el lóbulo occipital.
-Le debió dejar el cerebro hecho papilla. Tenemos un casquillo del 9 corto en la escena, si encontramos la pistola que lo disparó, ¿tendremos el arma homicida?
-Siento decirte que no –respondió Johanna, en un tono que desmentía sus palabras-, el disparo se produjo después de la muerte.
-Bueno, entonces ¿qué me puedes decir del arma que se usó para apuñalarle?
-Querrás decir armas. Hay por lo menos tres tipos de incisiones distintas.
-Tienes que estar de broma –dijo Herb con aire abatido.
-Ya sabes que yo no bromeo con estas cosas.
-Sí, lo sé. Al menos podremos saber cosas del atacante, ¿no? Ya sabes: era zurdo o diestro, fuerte o débil… ese tipo de cosas.
-Pues si quieres mi opinión, las heridas son tan distintas entre sí, que yo diría que no tienes un único atacante.
-Sí, y a este hombre lo mataron en el “Orient Express”, ¿no?
-¿Cómo dices?
-Nada, sólo pensaba en voz alta. Estás disfrutando con esto, ¿verdad? Al menos dime cuál de las heridas es la que con más probabilidad le mató –contestó Herb derrotado-. Esta vez vas a verme dejar un caso sin resolver.
-Sí, no puedo y no.
-¿Qué?
-Que sí, estoy disfrutando viéndote sufrir; no puedo decirte cuál de las heridas le causó la muerte, ya que todas se produjeron postmorten; y este caso no va a quedar sin resolver.
-Entonces, si no fue el disparo ni las puñaladas, ¿qué lo mató? –preguntó sorprendido.
-Un infarto. Las heridas se produjeron al menos un día después del fallecimiento.
-Bueno, esto sí que es una sorpresa. Si la muerte es por causas naturales hoy me podré ir pronto. ¿Qué quieres que te prepare de cena, cariño?
-Tomaré algo aquí, yo aún tengo tres autopsias más –dijo Johanna mientras se acercaba a Herb y le daba un beso -. Me debes un buen masaje cuando llegue a casa.
-Cuenta con ello, cielo.
2 comentarios:
Creo que cuando se ponen nombres un buen recurso es que al menos sean irónicos o quieran decir algo como en este caso. Tal vez en un espejo nos suenen.
Dos personajes modelicos en cuanto a separar su quehacer laboral del personal e incluso con registros distintos.
No modelicos como diminutivo aragonés de modelo sino modélicos, quería decir.
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